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Y sí, así nací

  • Foto del escritor: Frontera Blog
    Frontera Blog
  • 3 jun 2020
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 10 jun 2020

Gustavo Cardona Mora

Una reseña sobre la celebración de las diferencias en Born This Way de Lady Gaga.


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Título: Born this way


Artista: Lady Gaga


Año de lanzamiento: 2011


Duración: 4:20 minutos

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Compositores: Lady Gaga y Jeppe Laursen







Eso de mirarse en el espejo y decirle al reflejo: “soy hermoso a mi manera… estoy en el camino correcto, así nací” podrá parecer no más que frases de autoayuda barata o incluso un impulso narcisista latente que trata de disfrazarse de tranquilidad y estabilidad propia. Pero no, en realidad es un mensaje poderoso que, gracias a un ícono de la cultura pop actual, vio la luz por allá a eso del 2011 para convertirse casi de inmediato en un himno que habla acerca de amar las fallas y de la aceptación propia, incluso frente a aquello que debemos ocultar de nosotros mismos y de lo que deberíamos avergonzarnos, según se nos ha hecho creer. Es quizá este mensaje de celebrar a la luz del día lo que otras personas quieren que escondamos en los rincones más privados de nosotros mismos lo que convirtió a Born this way de Lady gaga en un grito más en el camino a la visibilización sincera y apropiada de la comunidad LGBTIQ+ que aún a día de hoy sigue teniendo importancia.


El tema queer en el ámbito mainstream ha tenido que irse abriendo paso desde hace tiempo “bajo del radar”. Dirán los conservadores del hoy que los gais ya nos hemos pasado con nuestras ideas locas de aceptación y representación para que las generaciones venideras no tengan que ir decodificando la manera en la que se presentaban personajes, parejas, situaciones o críticas que escapaban a un patrón heteronormativo que se creía obligatorio. Aumentan los gritos y advertencias de que no nos dejemos llevar por la gay agenda y la idea aquella de que ya los gais queremos conquistar el mundo y que antes no éramos tantos está convirtiéndose actualmente en una histeria colectiva que me parece irrisoria, por decir lo menos; sobre todo en un mundo en el que las personas queers aún seguimos siendo discriminadas y deslegitimadas como si nuestra identidad, por romper un molde que sólo es “normal” si así lo seguimos creyendo, fuese inválida. Con este panorama, es fácil entender el por qué el que una artista en un ascenso al estrellato tan rápido como el de Gaga en la época fuese tan abierta y directa sobre el abrazar tus diferencias (entre ellas las sexuales) sin eufemismos, sin dar una mirada desde la acera del frente, sin tapujos, fue y sigue siendo tan significativo. Lady Gaga puso en la primera fila de la letra de este hit el reconocimiento de uno mismo y el orgullo que esta identidad no elegida (y que aún cuando se trata de negar sigue encontrando la manera de emerger) puede acarrear al mostrarnos un abanico diverso en el que todos cabemos y del que podemos nutrirnos precisamente gracias a las diferencias, porque así nacimos, así somos, y no había necesidad de complicarse al respecto.

"No matter gay, straight or bi, lesbian, trasngender live. I'm on the right track baby, I was born to survive. No matter black, white or beige, chola or orient made. I'm on the right track baby, I was born to be brave."
("No importa gay, hetero o bi, lesbiana, vida transgénero. Estoy en el camino correcto, nací para sobrevivir. No importa negro, blanco o beige, chola o ascendencia oriental. Estoy en el camino correcto, nací para ser valiente")

Palabras tan simples, y que por suerte en el imaginario colectivo actual empiezan a parecer obvias, fueron necesarias y lo siguen siendo. La fuerza del mensaje de Gaga, en mi opinión, no se limita únicamente al alcance de sus palabras dada la inmensa plataforma que estaba ganando en el centro de los reflectores de una industria tan influyente de manera cultural como la de la música, ni a la gran forma de presentarlo con un ritmo pegajoso, electro pop y que invitaba a bailar celebrándonos tal y como somos, sino que, aparte de ser directa a la hora de reconocer a todas las personas que no encajamos en el patrón heterosexual predominante de nuestra sociedad, fue en su sencillo una de las primeras producciones en la que muchas personas pudieron encontrar representada no sólo la tan hablada G de las siglas, sino que también nombra y reconoce a las dejadas de lado LBT que no parecían estar encontrando su lugar en la narrativa del momento. En mi propio descubrimiento, conté con la suerte de ya tener en distintas producciones personajes abiertamente gais (hombres, en su mayoría) que me sirvieran de referente y, si bien no estaban muy hablados y había que buscarlos un poco para llegar a sus historias, la oportunidad de reconocerme y a aquello que sentía, que de una manera inconsciente percibía como algo que estaba mal conmigo aunque no entendiera por qué, fue de gran ayuda para llegar a un estado saludable en el cual enfrentar ese panorama de: Ups, me salí de la norma. Debido a estos personajes y parejas con las que tuve un contacto inicial en mi preadolescencia, en un primer momento me identifiqué como gay, pues parecía ser la salida más lógica; casi siempre estas tramas mostraban a un chico poco masculino, como yo, quien tenía que enfrentar la inevitable verdad de que sentía atracción por otros chicos, y luego, algún interés amoroso debía reconocer lo mismo y dejar a su novia de turno pues era obvio que ya las mujeres estaban fuera de sus deseos. Y es la cosa que tienen las normas, incluso cuando uno no cabe en ellas, parece haber una única otra opción a seguir, así que, si ya era obvio que sentía atracción por hombres, y por ende, no era heterosexual, entonces debía ser gay por obligación. Mensajes como el de Born this way donde nos habla y empodera sin importar “gay, hetero, bi… lesbiana, transgénero” sobre nuestra propia identidad y la belleza que hay en esa diversidad, sencillamente son las palabras que muchas personas necesitan escuchar en algún momento de su vida, y sé que durante ese particular momento de mi vida yo mismo las necesité, pues durante mucho tiempo después de haber aceptado una realidad que sentía “nueva”, tuve que convencerme de que la atracción que había sentido por varias mujeres antes del primer hombre que realmente me sacudió había sido una gran mentira. Como no conocía aquel abanico que en Born this way se abre más lleno de posibilidades, en mi mente se era hetero o no se era, fin de la discusión, pero no fue el caso para mí, y definitivamente la sexualidad es algo tan complejo y lleno de matices que al día de hoy me parece loco que en algún momento mi mundo estuviese tan sesgado sólo por el desconocimiento y la falta de apertura a la hora de hablar sobre estos temas.


Este sencillo podrá dejar fuera otras partes del espectro de la sexualidad como la asexualidad, pansexualidad e identidades de género no binarias y fluidas, pero en su momento comenzó a expandir más el horizonte, poco a poco, como es necesario con las temáticas de diversidad sexual, para que a día de hoy las visiones de mundo para las nuevas generaciones estén más abiertas a mostrarles una gama de opciones más completa, un arcoíris con sus tonos y degradados y transiciones opuesto al blanco o negro que generaciones anteriores han tenido que ir coloreando una pincelada a la vez. En esta popularmente conocida “navigay” que comienza, recordar el camino que se ha recorrido y mirar el camino que aún está por recorrer siempre será importante. Derribar las barreras, bailar llevando nuestras diferencias en nuestros corazones, en nuestras camisetas y en nuestras banderas es crucial y es aquello que genera impacto de esta canción, y aquello que también sigue dándole relevancia en el panorama actual, en el que, desde nuestra posición más cómoda del aquí y el ahora, aún si esta canción no parece tan lejana con sus 9 años de antigüedad, siento que es importante que recordemos estas palabras de celebración y las llevemos como estandarte inicial en este mes del orgullo, dónde, si bien la pandemia nos mantiene separados, la diversidad sexual y de identidad debería poder mantenernos unidos en una sola ola de alegría, porque sí, así nacimos todos.






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